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Como fiel creyente en el amor, Tito “El Bambino” encuentra en la naturaleza y los animales una fuente de energía e inspiración para su trabajo.

Cada vez que tiene una oportunidad, el intérprete de “El amor” se escapa a la finca que tiene en Carolina o a una en Gurabo donde tiene a Aquiles, un hermoso ejemplar que se perfila como un campeón de paso fino, hijo de Joyero y de Bambina, que a su vez es hija de Director, otro de sus caballos. Más que una inversión económica, para el artista los equinos son un disfrute.

“Paso más tiempo en la finca de Carolina, voy a coger ese fresquito que se siente allá y ver las gallinas y los gallos sueltos. Es una relajación divina que me sirve de liberación. Me doy mi espacio y le apago los teléfonos a todo el mundo. A mí lo que me importa es que mis animales estén bien, para mí son una terapia. Un ratito en el río con los caballos me da buena vibra. De niño criaba aves y pasaba mucho tiempo mirándolas. Con ellos boto carga y me dan inspiración”, reveló el artista.